Ayer se celebró una conferencia gratuita dirigida a autónomos y pymes que pretendía romper con ciertas creencias extendidas entre muchos empresarios que son las que impiden que los pequeños negocios crezcan y mejoren sus resultados. La jornada tuvo lugar en el Hotel Ibis Arganda y fue organizada por la  Escuela de Negocios Level UP  , en colaboración con la Asociación de Empresarios de Arganda, Rivas y comarca (ASEARCO).

La conferencia se llamaba “Vamos a contar mentiras”, un nombre provocador y sugerente que se convirtió en toda una declaración de intenciones, pues a través de la charla se intentaron desmontar los falsos mitos que llevan a los empresarios a afrontar los retos que se presentan en sus pequeños negocios de manera errónea y limitadora, en lugar de fijarse en los hábitos y la manera de conducirse de las grandes empresas. El ponente, Gustavo Amorós, (formador, asesor estratégico de Level UP, ingeniero químico y experto en la Mejora de la Productividad Industrial) fue desarrollando su conferencia a partir de dichos pensamientos erróneos, como por ejemplo, “El objetivo es vender más”; “Todo autónomo y empresario quiere crecer”; “Hay que satisfacer al cliente” o “Lo importante es participar, tener presencia en el mercado”.

A partir la explicación de las falsedades que encerraban cada una de las afirmaciones, fue poniendo en valor, por ejemplo, algunas de las claves vitales para que las empresas incrementen sus resultados. Entre ellas, la innovación y la creatividad aplicada a cualquier aspecto del negocio, la voluntad de sorprender y conquistar al cliente, de provocar en él emociones que sepan fidelizarle y convertirle en el mejor ‘embajador’ de una marca a través de sus recomendaciones espontáneas. Además, explicó la importancia de sobresalir en el mercado poniendo en marcha estrategias inéditas para la competencia y observando detenidamente los casos de éxito, entre otros.

A través de la conferencia, Amorós  invitó a los asistentes a comprender y analizar de qué manera sus resultados dependen sola y exclusivamente de su capacidad real para elevar las ventas y los beneficios. Una cuestión que tiene mucho que ver con la falta de confianza en los recursos propios, con la manera de aprovechar  realmente el tiempo disponible y con liberarse de las ideas preconcebidas que nos dejaron las experiencias pasadas. En definitiva, tiene que ver con cambiar, de forma radical, la manera de pensar y vivir el negocio.