11:00 de la mañana. ‘Juernes’ de las Fiestas Patronales de Arganda del Rey. Arranca la gran Matinée que conmemora el 40 Aniversario de la Cafetería Askar, un lugar emblemático, consagrado al buen comer. Hay mucho trasiego de bandejas. Los ‘Quiques’ de lomo y tomate, los ‘Pío Pío’ de pechuga de pollo con tomate y mayonesa, los ‘Felipe’ de beicon y queso, los ‘Madrid’,… Se sirven, una y otra vez, en la barra que se ha instalado en el exterior del local. Son los famosos bocadillos que hacen las delicias de sus clientes. Y son los sabores preferidos de los parroquianos habituales de la Cafetería Askar. Por eso, en sus nombres, rinden tributo a los gustos de su clientela.

Y es que la Cafetería Askar, un negocio familiar muy querido en la ciudad, siempre ha situado a sus clientes en el epicentro de su buen servicio y de su universo gastronómico. Un secreto a voces que explica el éxito de su establecimiento. También el ‘lleno hasta la bandera’ de la décima Matinée que celebraron ayer. Los argandeños y visitantes que acudieron pudieron disfrutar, de los sonidos “Remember” del DJ José Aguilera, quien pinchó grandes éxitos de los 90 y de una experiencia musical envolvente, gracias al saxofón de Miguel Castejón, del grupo Sax & Drum’s Colective.

Los vecinos que se acercaron para celebrar el cumpleaños también pudieron disfrutar  de unos pequeños regalos, un gesto de agradecimiento que les brindó la familia de las Heras, por sus años de fidelidad. A la Matiné no faltaron el alcalde de Arganda, Alberto Escribano y el presidente de ASEARCO, David París.

La historia de un local muy querido en Arganda

La historia de la Cafetería Askar comenzó muchos años antes de que abriera sus puertas. Carlos de las Heras, padre, empezó a trabajar con 16 años en el Bar El Club, (hoy, Bar Blanco y Negro), de la plaza de Arganda. Cuando se jubilaron los propietarios, decidió montar su propio negocio junto a Ascensión García, su mujer. De la unión de los dos nombres de los propietarios, con cierto toque alternativo entre medias, surgió el rótulo definitivo: Cafetería Askar.

Desde entonces, ha sido escenario de encuentros, celebraciones, de risas, de conversaciones y brindis cómplices entre amigos… Y como les recuerdan muchos de los clientes a los hermanos de las Heras, también ha sido un lugar con cierto encanto singular, donde han comenzado un buen puñado de historias memorables: “Son muchas las parejas que se han conocido aquí”.

Carlos de las Heras ha dedicado 61 años al mundo de la hostelería. Hoy lleva el establecimiento junto a Ascensión (en los fogones) y sus hijos. Han logrado mantener las puertas abiertas del local ofreciendo buen ambiente, carnes de muy buena calidad, generosas raciones, hamburguesas y sándwiches gourmet. Y una carta muy apreciada de cocina casera, tradicional, con recetas elaboradas y sabores inolvidables, donde los fogones  miman el apetito y el buen gusto de su clientela.

¡Muchas felicidades!!