La crisis ha sido un importante impulso para que muchas pequeñas y medianas empresas españolas rompieran fronteras y pusieran sus miras más allá de nuestras fronteras. De hecho, aproximadamente unas 60.000 empresas al año, como media, han iniciado líneas de negocio en el mercado exterior durante esta complicada época de vacas flacas. Estas son las cifras que ha presentado la CEOE, quien indica que el número de empresas en el exterior se incrementó en más de un 128% entre 2000 y 2013. Entre 2008 y 2013, cuando la crisis ‘embistió’ con especial virulencia, de un total de 101.395 empresas que se embarcaron en el mercado extranjero se pasó a 150.992.
En este sentido, entre los sectores más aventureros se encuentran los de la informática, electrónica, óptica, industria química, papel y productos farmacéuticos, entre otros.
Como contrapartida, un alto número de empresas abandonan la actividad exterior. La escasa facturación de las mismas y su pequeña dimensión son los principales obstáculos que encuentran estas compañías. Las patronales e instituciones recuerdan, en este sentido, que las empresas se asocien con otras de similares dimensiones para abordar proyectos en común.